Con Actitud Renovadora
Por Humberto Famanía Ortega.-
Todos estos días de encierro voluntario han sido de mucha reflexión ante esta emergencia sanitaria del Corona Virus, ahora ya convertida en pandemia. Que podemos opinar al respecto en estos días que inician nuevamente para el resguardo de nuestra salud. Sin lugar a dudas no estábamos preparados, sin embargo gracias a la tecnología de la información nos cercioramos muchos de la gravedad de este contagio, desde la amenaza iniciada en Asia. La solución la tenemos todos al dar cabida a esta palabra maravillosa que se llama solidaridad, para acatar las disposiciones sanitarias que nos recomienda la autoridad.
Nunca imagine de la magnitud de esta enfermedad cuyo origen fue en China país muy lejano del nuestro. Lo impresionante el tiempo de su propagación que rompió record de otras muchas enfermedades que han aparecido a través del tiempo. Ahora sí que la globalización tanto mencionada nos hace ser fuente de propagación de males, cuando veíamos con buenos ojos la relación económica de varios países por medio de tratados internacionales. Basta observar, Italia, España, Alemania e Inglaterra en Europa la mayoría países con buena economía; Estados Unidos de Norteamérica el país más poderoso del mundo y algunos países de América que hoy luchan afanosamente por su exterminio al igual nuestro amado México.
Urge hacer una verdadera radiografía muy profunda de esta maldita enfermedad que a todos nos agobia. Lo que nos queda muy claro es que somos muy endebles y nos hace pensar que en nuestro país urge una planeación integral tanto del sector productico, distribución y bienestar social, desde luego el propio sector público. Todos los mexicanos somos parte alícuota de esta gran nación por lo tanto juntos y en unión, debemos de asumir nuestra responsabilidad de sacar adelante nuestro presente y futuro con acciones positivas dejando a un lado los enconos y situaciones partidistas tontas y fuera de lugar ante los actuales acontecimientos.
Son los tiempos de ejercer un liderazgo basado en el conocimiento de la situación actual tan difícil y sus posibles soluciones cuya prioridad es la propia salud de todos los mexicanos. El tener un mando férreo sin que tiemble la mano, para tomar decisiones donde la capacidad, experiencia, honestidad y creatividad sean los elementos primordiales capaces de encausar por buen camino las posibles soluciones pésele a quien le pese. No debemos admitir rumores maléficos cuyo origen provienen de ciertos políticos y empresarios resentidos; hagamos a un lado todo esto, pues está en riesgo nuestra propia vida y la de muchos mexicanos.
Es la hora de ejercer un pacto de honor de verdaderos mexicanos nacionalistas donde unidos vayamos a vencer al enemigo proveniente de otras tierras lejanas, esta pandemia horrorosa que ha afectado a todos por igual, pues aquí no hay distingo de clases sociales. Son los tiempos de reconocer nuestros errores para no volver a caer en ellos, pero debemos de actuar con optimismo a paso firme y contundente. Se deben de replantear los presupuestos sobre salud pública, el tener protocolos bien estudiados para prevenir todo tipo de enfermedades, aumentar los recursos en investigación epidemiológica ya que es una nueva tendencia de aniquilación de sociedades sobre todo de las más vulnerables.
Muchas otras reflexiones llegan a mi mente ante este claustro de prevención. No tuvimos el tiempo para pensar como un contagio destruye todo, no se detiene a razonar el daño que origina en todos los aspectos. Urgente redimensionar los alcances de tener territorios saludables donde se eviten focos de infección previniendo con infraestructura óptima. Por eso es mucha mi insistencia el dotar de sistemas de servicios públicos modernos y confiables sobre todo los que tienen que ver con la salud (agua potable y alcantarillado) en lugares turísticos como el nuestro. Estamos a tiempo de cambiar actitudes ambiciosas desmedidas en materia de construcción para restablecer el orden bajo un plan de desarrollo real con reglas muy claras, aplicándose con rigor.
Las adversidades nos enseñan a ser mejores, debemos de tomar conciencia que el trabajo redime al ser humano, que todo lo que nos rodea es vida por lo tanto no la destruyamos. La economía por lógica a la mayoría nos preocupa, debemos de ocuparnos en como resarcirla bajo la solidaridad de obrar con justicia ante todos, bajo una distribución justa y equitativa. Solamente bajo un mismo fin lograremos muy pronto equilibrarnos bajo el signo de un bienestar creciente y armónico. Tengo mucha Fe que todo volverá a la normalidad y solo le pido a Dios que las grandes potencias controlen sus ambiciones bajo un signo de humanidad.
Debemos de seguir con buena actitud ante estos acontecimientos terribles en materia de emergencia sanitaria pero también aprovechar estas enseñanzas para ser mejores, pactando el detener la delincuencia, corrupcion y encono. Que no nos invadan los miedos, al contrario aprovechar esta energía creada por Dios en cada uno de nosotros para vencer esta pandemia y seguir en los caminos de la vida siendo mejores seres humanos. No tengo duda alguna el saber que esta lección quedara grabada por siempre en nosotros para bien no para mal.
-.Es imposible programar la vida; solo nos queda acogerla un instante tras otro.-